"¡Dios ha muerto! Y nosotros le hemos asesinado. ¿Con qué daga tan grande y tan inmensa hemos penetrado su infinito corazón? ¿Con que goma tan grande hemos borrado el horizonte? ¿Con qué vaso tan inmenso nos hemos bebido el mar? ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído; se ha desangrado bajo nuestros cuchillos"

-F. Nietzsche.

No se dejen engañar. Todos lo hemos asesinado. Está muerto y seguirá muerto. Tal acto es imprescindible; porque el hombre necesita trascender, avanzar hacia algo más. A lo que Nietzsche llamaba "El Super Hombre".